domingo, 11 de novembro de 2012

Comunicação como democracia

Un momento del rodaje de la primera
proyección de Hacé y mostrá televisión
(21 de septiembre de 2011).
©
Proyecto Árbol
Fonte: Cronica Popular

Proyecto Árbol: la comunicación como democracia en Uruguay

Paula Vilella || Periodista.
Publicado en la revista Pueblos.

Esta iniciativa de televisión participativa, que comenzó su andadura en 2003 y que ha sido alabada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha realizado ya más de 150 vídeos comunitarios y ha capacitado para la producción audiovisual a 1.300 personas. 

La manida expresión “dar voz a los sin voz” plantea que el otro sólo puede hablar cuando se le otorga derecho o capacidad para hacerlo y que es necesaria una tercera persona que interprete y transmita el mensaje. A menudo, los colectivos de personas más vulnerables, marginadas o que simplemente no tienen acceso a la palestra informativa, son reflejados en los grandes medios de comunicación con prejuicios, reforzando estereotipos negativos. Se habla de ellas sin hablar con ellas y sin contar con ellas, construyendo así desde fuera una imagen que ni existe ni ayuda a comprender la realidad.

El proyecto Árbol toma otro camino. No trata simplemente una realidad con la población a la que afecta sino que da un paso más allá para que sean esas mismas personas las que hablen con voz propia. A través de las herramientas audiovisuales pueden plasmar esa realidad en un producto de comunicación, participando también del proceso de producción que les lleva a elaborar ese mensaje colectivo y comunitario. Así, frente a la mirada del otro, visibilizar su propia mirada, fortalecer el ejercicio del derecho a la expresión y promover la participación dentro de la comunidad, lo que aporta a la inclusión social y al desarrollo local. Una comunicación basada en el diálogo cuyo objetivo es generar una mejor convivencia. De esta manera se entiende que la comunidad no refleja meramente una cercanía geográfica sino de vínculos e intereses.


Hay que dejar de ver la comunicación como un instrumento y comenzar a entenderla como la práctica misma de la democracia. El objetivo final que pretende Árbol, promoviendo y apoyando la difusión y producción de audiovisuales comunitarios, es fortalecer la participación ciudadana y la identidad colectiva para que los grupos generen comunicación con sus propias comunidades y enriquezcan los mensajes con puntos de vista de toda la comunidad, creando vínculos y tejido social. De esta forma, la televisión participativa se convierte en una herramienta de cambio, de expresión, diálogo y acción.

A través de la producción de contenidos locales se potencia la reflexión dentro de la comunidad acerca de sus problemas y de sus recursos, así como la posibilidad de acción a partir de esas reflexiones, para fortalecer su identidad y el sentido de pertenencia comunitaria. La propuesta contribuye a rescatar las particularidades de las comunidades, fortalece la identidad y el sentido de pertenencia local y genera procesos de apropiación de la realidad que permiten a los participantes descubrir su capacidad creativa y propositiva para transformarla.

Todos los años, Árbol convoca a grupos, organizaciones sociales y personas en particular a producir y difundir vídeos que traten temas de interés para la comunidad a la cual pertenecen. Para democratizar el medio audiovisual sin renunciar a la calidad del producto fi nal pero que, a su vez, no se pierda de vista que sea un proceso participado, las comunidades están acompañadas y asesoradas en todo momento.
El crecimiento del árbol

El desarrollo del proyecto y del colectivo ha sido en sí mismo un proceso de creación colectiva y participada. En 2003 comienza una etapa piloto en cooperación con la televisión pública uruguaya. Se invitó a cuatro organizaciones de distintos barrios de Montevideo a contar historias de la vecindad: cada una de ellas preparó dos piezas con las que se realizó un espacio televisivo y se cerró el año con distintas proyecciones abiertas en las comunidades. Al año siguiente, la convocatoria se amplió a toda persona o colectivo que deseara participar y tuviera los recursos técnicos y humanos para ello. Cuarenta grupos manifestaron interés en la propuesta.

En 2009 se dio el punto de inflexión en la trayectoria de Árbol. Desde Montevideo se expandió a todo el país y un grupo de personas que había participado en el Proyecto Árbol se vio con fuerzas para fundar Árbol Televisión Participativa. Se abrieron nuevos proyectos y la organización fue haciéndose más compleja y con más núcleos de trabajo que ayudaban al proyecto a repensarse para seguir avanzando. El colectivo toma las decisiones de forma horizontal y a través de consensos.

Que el material filmado se difunda a través de la televisión nacional resulta muy atractivo para las personas, grupos independientes y organizaciones sociales que emprenden el proyecto. Sin embargo, el acento se sitúa en la importancia del proceso de construcción de un conocimiento colectivo. A través de él se busca movilizar e integrar a la gente de la comunidad, que no sólo aporta a la producción sino que aprende del proceso comunitario y de las herramientas concretas del audiovisual.

Por eso, después de manifestar el deseo de realizar un audiovisual dentro del proyecto Árbol, se lleva a cabo una secuencia de talleres que se sustentan sobre tres pilares. Uno de ellos pretende trasladar en qué consiste y qué implica el audiovisual comunitario y cómo construir un mensaje colectivo. El otro aborda la forma de narrar en el lenguaje audiovisual para conseguir escribir un guión y, muy ligado con el anterior, se organiza uno más técnico sobre el manejo de los equipos audiovisuales. Las y los participantes en los talleres regresan después a sus comunidades para compartir el conocimiento que han adquirido con el resto de sus compañeros y compañeras.

Estos talleres integran la práctica con la teoría, promoviendo un aprendizaje colectivo solidario, consciente, crítico y vivencial, y aportando herramientas sobre la producción a nivel técnico y conceptual.Pero, además, se acompaña a estas personas en el proceso de realización de forma personalizada para dar apoyo técnico y humano al proyecto específico para generar los andamios que les permitan en el futuro dar continuidad a la creación de productos de calidad. Se facilita, también, el equipamiento necesario para llevar a cabo las tareas.

Una vez terminado, el vídeo comunitario tiene dos destinos de circulación. Se difunde a través de Internet y del programa de televisión “Hacé y Mostrá, televisión comunitaria” que emiten semanalmente las cadenas públicas Tevé Ciudad y Televisión Nacional de Uruguay, en los que además se entrevista a las y los autores responsables.El colectivo también apoya la difusión local de los vídeos por medio de proyecciones públicas para compartir lo que se produjo con la comunidad y crear una nueva instancia de diálogo que se nutra y continúe circulando.

El gobierno uruguayo aprobó en mayo un decreto por el que concede un tercio del espacio digital abierto a las televisiones comunitarias. Mientras se pasa del papel a los hechos, Árbol continúa trabajando, superando dificultades y aprendiendo colectivamente para que las comunidades de Uruguay hablen desde su propia voz.

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